sábado, 4 de junio de 2011

En torno a las diez de la noche, la Cruz que el Papa Juan Pablo II entregó a los jóvenes y el Icono de María (dos cuadros) fueron descargados de un furgón junto a la estación de Renfe. Una multitud se congregó para darles la bienvenida y el obispo de la diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo López, invitó a la oración y a la participación masiva de los jóvenes jienenses en las JMJ. «Esta es la juventud del papa», gritaban muchos jóvenes congregados en Jaén por la Paz, que también coreaban «Se nota, se siente, la cruz está presente».

En el punto de partida, en el inicio, estaba Nuestro Padre Jesús de la Piedad, de la cofradía de La Estrella, que fue levantado por sus costaleros a la llegada de la Cruz; más arriba se contaba con la presencia Nuestro Padre Jesús Nazareno, 'El Abuelo', que, como es habitual, movilizó a una gran cantidad de devotos. También estuvieron el Cristo Caído, de La Magdalena; la Virgen de las Lágrimas, de los Estudiantes; la Verónica, de la cofradía de Nuestro Padre Jesús; Jesús del Perdón y la Virgen de la Esperanza con San Juan; Jesús Despojado, de la Amargura; el Cristo de la Expiración; el Cristo del Calvario; a Virgen de las Angustias, de la Buena Muerte; el Cristo Yacente, de la Soledad; y el Resucitado, imagen esta última que esperó a todas las demás y a la Cruz y el Icono de las JMJ en la Plaza de Toros, donde se celebró una vigilia de oración juvenil con una Custodia especial para ese momento.

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